Hola a todos y a todas.
Hace ahora cuatro o cinco días que se me propuso inaugurar las entradas de este blog y tengo que reconocer que en aquel momento sentí un poco de vértigo. He estado estos días dándole vueltas al contenido del texto. ¿Debo escribir una pura bienvenida? ¿Debo animar al lector para que emprenda? ¿Será mejor explicar algunos ejemplos relacionados con la iniciativa individual y la valentía para acometer nuevos proyectos?
Ahora, transcurridos estos días, por fin se lo que quiero decir. Y nada tiene que ver con mis preguntas, porque definitivamente quiero abrir este blog hablando de nosotros. De personas como tu y como yo.
Vivimos momentos convulsos y tensos, inmersos en un entorno hostil cuando no crispado. Nos desenvolvemos entre la inseguridad, la incertidumbre, el miedo y la culpa. Aparentemente nos hemos acostumbrado a que nadie asuma responsabilidades por nada, y parece que la sociedad toda se haya convertido en un mero espectador silencioso, insensible ante los peores dramas personales e injusticias sociales que jamás hubiéramos sido capaces de imaginar. No existe una respuesta colectiva a nada de lo que nos rodea y que debería cambiar. Vivimos en una sociedad anestesiada y peligrosamente resignada a que unos pocos hagan y deshagan a su antojo. Ya no nos sonroja ninguna inmoralidad.
Y además, se nos dice, la culpa es nuestra!
Voy a escribir que esta afirmación, sencillamente, no es verdad. Tu (y yo) no tenemos la culpa de nada. Tu (y yo) somos un tesoro estupendo lleno de valores. Lo éramos antes de este desastre económico y social en que nos han metido otros, y lo seremos cuando salgamos de esta situación.
Nosotros somos personas. Nos gusta hablar, comunicarnos, amar a nuestros seres queridos, sonreír, reír y carcajearnos a gusto. Nos gusta vivir, cuidar a nuestros hijos, ayudar a los demás, ser solidarios, honestos, valientes y buenos. Nosotros, querido lector y querida lectora, somos buenos. Y no estamos acostumbrados a que nos lo recuerden; hemos olvidado que somos fantásticos! Nos han machacado hasta tal extremo, que hemos olvidado que somos únicos. Tu eres bueno. Tu eres buena. Yo soy bueno.
Aniquilar nuestra autoestima forma parte de una estrategia de anestesia colectiva. Y no; no nos vamos a dejar adormecer.
Más bien vamos a recuperar nuestra iniciativa. Vamos a ser críticos sin pasarnos el día quejándonos. Vamos a ser libres, sin dejar de respetar las normas de convivencia. Vamos a tener opinión, le duela a quien le duela. Y vamos a recuperar el valor. No tenemos nada que esconder y, en cambio, tenemos mucho que aportar al mundo, y a nuestro entrono. No lo olvides: tu tienes mucho que aportar!
Si eres una persona con una idea, cree en ti y en esa idea, Apuesta por ti. No estás solo en absoluto. Busca, trabaja, no dudes, sonríe, y no desfallezcas. Eres pura energía insustituible e irreemplazable. No te dejes amedrantar por este entorno negativo y cruel. Tu eres mucho más que todo eso! Y si aun no tienes esa idea, reflexiona en positivo. Sueña, escribe, planifica, consulta y busca asesoramiento y ayuda. Sin complejos. Estás rodeado de gente como tú: buena.
El futuro será mejor si todos nosotros trabajamos por ser personas mejores. No pierdas el tiempo y tu valiosísima energía en hacer más grande y temible tu propio entorno. Si hay una palabra que me enamora, es confianza. Ten fe en tu propia persona. Confía en ti!
Decididamente, vamos a cambiar todo esto. Es nuestro momento y es nuestro turno.
Por eso este blog tiene un nombre tan acertado: Ahora Tú!
Marcelo Abbad Sort – Marcelo Abbad Consultoría Social
www.marceloabbad.com/